viernes, 15 de febrero de 2008

Mi princesita

En la vida conocemos a muchos niños, estamos en contacto con algunos de ellos, incluso vemos crecer a alguno que otro, pero se pueden contar con los dedos de una mano, y sobrando, los que desde la primera mirada llegan a lo más profundo de tu ser. Es como si el tiempo se detuviera, y desde ese primer contacto supieras que esa persona ya te ha marcado y seguirá haciéndolo a lo largo de toda tu vida.

No es como un amor romántico, que depende de muchos factores y de dos personas. Es un amor incondicional por un pequeño ser, esa niña que por muchas trastadas que te haga o errores que cometa seguirá siendo tu ojito derecho. Y aunque esa personita crece, y rápido, para tí siempre será esa criaturilla que siendo un bebé te miró a los ojos, te sonrió y te cautivó de por vida.

Aunque desees lo mejor para ella y quieras ayudarla en lo que puedas, tu ojo siempre será subjetivo. Pero así debe de ser. Igual que a veces se odia sin razón, también debe amarse incondicionalmente a la gente que lo merece, a pesar de sus defectos. Esa persona por la que darías todo.

Porque todos somos humanos y nadie es perfecto, pero entre todos esos seres imperfectos, esa personita es lo que más te llena y mayor felicidad aporta, y en esta vida la felicidad es la única perfección real.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Itsaso dijo...

Ais que ganas tengo de ver a mis primos enanos, sobre todo a la pequeñaja... Se me cae la baba...

Arsi dijo...

A mi me pasa igual, tengo ganas de verles, que ya hace tiempo... aunque en mi caso mi debilidad es la mediana jejeje.

Christof, sigo alucinando con tu blog, en 4 idiomas!!!